jueves, 29 de octubre de 2009

sporting 0 - 0 madrid

El Real Madrid se dejó dos puntos en Gijón en el día en el que la famosa pegada se volvió en su contra. El habitual castigo merengue en los últimos metros se convirtió en perdón ante un Sporting que fue de más a menos y que terminó dando el empate por bueno.
Llegaba el Madrid a El Molinón con la pólvora justa y el ánimo bajo, consciente de su hoy limitada capacidad ofensiva. El peso del ataque recaía sobre Raúl y era el día para que los hombres de segunda fila tomaran responsabilidades en la definición. Ni el capitán apareció, ni los Granero, Drenthe, Guti y compañía fueron decisivos.
Enfrente, el siempre atrevido Sporting de Preciado, al que sólo el desgaste físico le impidió confirmarse como una amenaza constante. Lo fue durante la primera mitad, en la que el conjunto asturiano fue mejor.
Garay tuvo que retirarse lesionado y Drenthe fue sustituido tras una actuación muy discreta
Pellegrini sorprendió con Garay y Drenthe en el once, acompañados por el resto de habituales con la salvedad de Kaká, que por fin ocupó su posición natural, la de mediapunta. El brasileño estuvo correcto, pero no brillante. Fue el guión habitual del equipo blanco, con un Ramos desacertado o un Xabi Alonso discreto.
Lo mismo de siempre pero con la única diferencia de que, esta vez, no podía encomendarse a su efectividad en los últimos metros. Así que los de Pellegrini optaron por hacerse con el balón y esperar con paciencia su oportunidad.
Bajón físico asturianoAl Sporting no le hacía falta, y cuando recuperaba se plantaba en el área de Casillas con una velocidad vertiginosa. Luis Morán superaba con facilidad a Ramos pero Barral no finalizaba con acierto. Un destello de Kaká fue la respuesta blanca pero Juan Pablo daba el primer paso hacia un partido perfecto.
En la ocasión de Miguel de las Cuevas al filo del descanso murió el Sporting. A los de Preciado les faltó físico en la segunda mitad y decidieron armarse atrás para esperar al Madrid.
Granero tuvo la mejor del partido pero se encontró con un inspirado Juan Pablo
Y el Madrid llegó. Con intermitencia, sin ritmo y con poca claridad, pero llegó. Un disparo a bocajarro de Granero y un libre directo de Kaká que se encontraron con Juan Pablo evidenciaron el dominio blanco.
Ante la falta de ideas, se recurrió al empuje, la entrega...en definitiva, al corazón. Insuficiente para sorprender a un Sporting que ha aprendido de sus errores pasados y que ha alcanzado cierta solidez defensiva.
Si los espacios son pocos y la imaginación o la velocidad aparecen con cuentagotas, el resultado no puede ser otro que el inicial. Las sensaciones son las mismas pero el final, sin pegada, es bien distinto.

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